Durante el mes de octubre del 2021 y aun en pandemia, recibí una invitación de la Sra. Elena Mikusinski, Embajadora de la República Argentina en Ucrania, donde invitaba a un grupo de artistas que con la curaduria de Maria Teresa Constantin exhibiria una nueva serie de fotografías en ocasión del reconocimiento de la Argentina hacia la independencia de ese pais en 1991.
Realizamos la producción de las obras en mi estudio de San Telmo en Buenos Aires, mis obras relacionadas con el paisaje y la crisis del medio ambiente se enviaron a Kiev donde se exhibieron en los muros de la Embajada. Desde Buenos Aires no imagine que el proyecto posteriormente seria atravesado por una guerra concreta.
A veces cierro los ojos y veo, aconteciendo en cámara lenta, mis fotografías revoloteando por las oficinas de la Embajada en Kiev, en medio de escombros, neblina y pólvora danzando al ritmo de estallidos de cristales y bombas de humo. Puedo ver como mis campos de hielo se deshacen capa por capa como un empapelado en una casa deshabitada, olvidada…y me detengo a pensar en la inutilidad de la guerra. En cómo unos pocos pretenden escribir la historia de este planeta con estrategias de poder y dirigir todos los movimientos cual partitura.
Un dia de marzo de 2022 y en medio de constantes noticias sobre el conflicto belico desatado, tome asiento en mi jardin de otoño y recorde las muchas vicisitudes que me ha tocado surcar y que a través de mi arte he conseguido reconciliarme con el mundo, este nuestro imponderable e imprevisible mundo.
Asi nacio la segunda parte de la serie Campos de Hielo, una obra que sigue hablando aunque desde la destruccion, del paisaje y de la preservación climática y la remisión de los glaciares por el mundo.
Laeticia Mello: ¿Qué es lo que te motivó a continuar investigando sobre el proyecto de Campos de Hielo?
Matilde Marín: Los efectos de la guerra en Ucrania han hecho eco en todo el mundo, el conflicto se ha propagado no sólo en Europa sino en muchos otros países. Hasta qué ocurren estas tragedias nos es difícil ver cuán vinculadas las economías se encuentran y el modo en que todos nos encontramos unidos como con hilos invisibles. Los precios del gas se disparan, las monedas fluctúan, el costo del pan en Medio Oriente cambia, se cierran rutas y abren otras…y todo esto ocurre mientras que más de dos millones de refugiados entran en travesía. Como Artista, siento una responsabilidad de acompañar lo que está ocurriendo, de documentarlo.
LM: ¿Qué relataban las fotografías que exhibías en Kiev en la Embajada en Ucrania?
MM: La serie se llama Campos de Hielo. Es una suite de piezas fotográficas que hablan del paisaje y de la preservación climática y la remisión de los glaciares por el mundo. La serie surgió a partir de un viaje que realicé en el año 2004 sobrevolando los glaciares de la región del Perito Moreno y la región de las altas cumbres en Santa Cruz donde se encuentra el Glaciar Upsala. El viaje fue parte de mis proyectos documentales sobre la naturaleza y el cambio climático. La idea de emplazar hielos del Sur en el Norte a través de esta exposición era generar un puente y concientización sobre lo que ocurre con el cambio climático, sobre todo en este universo post pandemia; hablar de la memoria que tiene el agua sin importar las coordenadas y de las implicaciones de los humanos frente al uso y el abuso de nuestros recursos naturales. Las obras terminaron siendo un puente también de comunicación, en una región que se encuentra sufriendo una importante desestructuración.
LM: ¿De qué modo crees que la guerra está afectando al cambio climático?
MM: Mientras que la guerra acontece y nos encontramos ante la urgencia de supervivencia, a miles y miles de kilómetros en el Norte, en lo profundo del Ártico se ha tenido que postergar la investigación vital sobre las emisiones de carbono, y sin desarrollo y avances, el calentamiento global se nos revela cada vez más cerca.
LM: ¿Qué puede hacer un artista frente a estas realidades?
MM: El Artista es testigo de su tiempo, y también es mediador. Hay mucha información que es difícil comunicar al público general. Entender las políticas y el entramado de las decisiones y conflictos que estamos atravesando es en ocasiones muy complejo y es ahí cuando los artistas pueden a través de sus obras comunicar en lenguajes que despiertan empatía, conexión o inspiración. Los Artistas tienen la facultad de transformar el día a día con gestos, aunque mínimos que generan grandes cambios.
Hace poco releí una frase de un Jefe Nativo Americano. “Nosotros no heredamos la tierra de nuestros antepasados, sino que es un préstamo de nuestros hijos”. Es curioso que desde el tiempo del Jefe Seattle en el Siglo XIX, haya tomado tantos años para que comenzáramos a tomar responsabilidad de nuestro entorno. Hoy en 2022 la mayor batalla es con la producción de recursos sustentables, gas biometano, energía a partir de residuos, capitalizar el potencial de nuestros bosques, producir energía y gas renovable en una escala regional y sobre todo, poder preservarla. Es importante que como artistas nos involucremos en esta lucha para ayudar a comunicar a partir de nuestro arte la urgencia por preservar nuestros recursos y continuar desarrollando tecnologías verdes.
LM: ¿Dentro de tus viajes estuviste en Islandia y Finlandia donde también hay campos de hielos, como crees que han cambiado estos territorios?
MM: Documenté el faro de Hraunhafnartangi en la parte más norte de Islandia para mi serie Proyecto Pharus (Work in progress) y el faro de Finlandia para mi video Océano Mar (2018). El conflicto en Ucrania ha tenido un impacto directo en los países del Báltico y del Norte. A mí en particular Islandia y Finlandia siempre me han maravillado, son culturas muy diferentes a las del sur, pero que en sus orígenes se conectaban a través del agua con sus ancestros al igual que la cosmología de nuestros pueblos nativos, con una conexión con la tierra y paz espiritual que me ha inspirado en mis obras.
Lo que observo es que el foco en este momento es cuidar la soberanía y seguridad de los territorios y las fronteras. Imagino que hay un cambio de paradigma y dirección por buscar una luz y solución ante la guerra. Es curioso que los humanos desde la antigüedad siempre hemos recurrido a la luz, para guiar nuestros destinos.